Hermanaaas otra vez yo, saludándolas y amando venir a escribirles para contarles cada semana lo que traigo para ustedes, en la publicación anterior les platique un caso de justicia a muerte por parte de una mujer que vivía violencia desde pequeña, como ya lo dijimos, causa una impotencia muy grande saber lo que muchas mujeres vivimos, sin embargo, en muchas ocasiones existen otros tipos de casos de mujeres asesinas, como Juana Barraza, la “mata viejitas”.

Esta mujer fue conocidísima aproximadamente en los años 2007 a 2008, condenada a 759 años, ¿pueden creerlo?, supuestamente por 17 homicidios, pero se ha sabido que fueron muchísimos más.

Juana Barraza tenía bastantes conocimientos de enfermería, aunque también se dedicaba a la lucha libre, pues esto era lo que más le gustaba, era su pasión, incluso en varias ocasiones se le podía ver en eventos dedicados a este deporte, se le denominaba “la dama del silencio”.



Durante ya varios años las autoridades se encontraban con asesinatos sumamente misteriosos de ancianas, que se llevaban produciendo sin saber el trasfondo de estos. Lo que las personas especializadas en crímenes pudieron deducir, es que se trataba de un asesino en serie, pues estos asesinatos siempre seguían un patrón determinado, que llevaba a que todas las víctimas eran ancianas que vivían solas y en los lugares donde ocurrían, las puertas nunca estaban forzadas, pues alguien le permitía el acceso a la persona que cometía los crímenes, factor importante que los investigadores destacaban para seguir sacando pistas e información sobre el “supuesto” asesino.

Lo que sucedía es que Barraza se hacía pasar por una enfermera dulce y atenta, pues así se ganaba la confianza de sus víctimas, en muchas ocasiones ella se ofrecía a ayudar a cambio de dinero para posteriormente asesinarlas en sus propias casas.



Dar con esta asesina fue difícil, ya que al principio se creía que se trataba de un hombre pues las personas que daban sus testimonios aseguraban que la persona que entraba a la casa de las victimas era de cabello muy corto, complexión fuerte, alto y de espalda ancha, pero simplemente Juana tenía esta complexión gracias al deporte al que se dedicó por años.

Es importante mencionar que siempre asesinaba a sus víctimas por estrangulación, provocando golpes, heridas de armas punzocortantes y robaba pertenencias materiales después de asesinarlas

Si nos ponemos a analizar un poco su pasado, esta mujer sufrió muchísimo; su madre se dedicaba a la prostitución, encima de ser adicta al alcohol, a los 13 años decidió entregarla a un hombre a cambio de algunas botellas de cerveza. Antes de los 20 años ella ya había pasado por golpes, abortos, violaciones constantes y la muerte de su hijo. Todo esto lo contó a partir de ser detenida.

Cabe recalcar que nada justifica los homicidios que cometió, sin embargo, estoy aquí para contar la vida de diferentes mujeres y hoy elegí la de ella, pues considero que podemos odiar el delito y compadecer al delincuente, nunca estamos exentas de pasar por alguna situación así.

Actualmente sigue cumpliendo su condena en el Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla en CDMX.




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