Amiguísimas, espero que el día de hoy se encuentren excelente, ya saben que me encanta platicar con ustedes y contarles cada vez un poquito acerca de lo que aprendo día a día y de lo que vivimos algunas mujeres alrededor de todo el mundo, como en Uruguay, así que  les platico algo de lo que descubrí.

Se sabe que hablar de los derechos de las mujeres y de igualdad de género, es un tema cansado, que la mayoría de las veces entra a debate, discusión y polémica, sin embargo, entre más se hable, más se visibiliza y si puedo aportar un poco para que conozcamos más sobre esto, lo hare con gusto.

Por desgracia en muchas partes del mundo, aunque lamentablemente  sucede más en Latinoamérica, por ser países machistas y misóginos, las mujeres estamos por debajo de los hombres en muchos aspectos, un ejemplo de esto, es Uruguay, pues es muchísimo más difícil conseguir un trabajo para ellas, ya que, las personas siguen buscando más a los hombres para trabajar, por ser más “efectivos” que las mujeres y si estas logran conseguir trabajo, ganan muchísimo menos que ellos por realizar las mismas actividades.



Por otra parte la mayoría de las jóvenes y mujeres adultas se dedican a trabajos del hogar porque sus esposos y parejas las utilizan como amas de casa mientras ellos trabajan en un lugar digno, y no quiero decir que el trabajar en casa no lo sea, pero si nos ponemos a comparar, son situaciones completamente diferentes donde una vez más, el hombre tiene muchísima ventaja sobre nosotras; por desgracia se sigue creyendo que es para el único tipo de trabajos que servimos; aunado a esto, en Uruguay sigue muy marcada la violencia contra las mujeres, algunas de ellas mientras trabajan en el hogar “sirviendo” a sus hijos y marido, viven violencia por parte de sus parejas reflejado en  golpes, insultos, regaños y denigraciones.

En el aspecto educativo es la misma situación,  las mujeres también tienen menos oportunidades, ya que, también están atadas a su figura paterna o a la pareja con la que están, y si este no les permite tener educación, pues no la tendrán y aunque se respetara el derecho a su educación, aun así nunca ganan igual que los hombres cuando logran titularse, ellos siempre están por encima en todos los aspectos.


Cada vez me da más tristeza saber que en la mayoría de los lugares del mundo no somos respetadas, valoradas y de nuestros derechos ni hablamos, aun así se nos juzga por salir a marchar por ellos y por lo que merecemos, parece que cada día retrocedemos más.




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