Hola amigas íntimas, espero
que estén increíblemente bien, disfruto muchísimo escribirles y créanme que
cada vez me siento más flexible para hablar de cualquier tema, así que en esta
publicación tocaremos un tema sensible para muchas y doloroso para muchas otras,
pero totalmente necesario.
Sabemos que actualmente el peso es un tema muy delicado de tratar, pues a muchas de nosotras nos toca fibras
muy sensibles y es un tema con el que podemos llevar años de tratarlo y de no
sanarlo de ninguna manera o incluso evadirlo completamente y sí, lo digo porque
a mí me pasa, no creas que eres la única.
Quiero contarles que la idea de escribir esta
publicación nació hace unos días que fui
a comprar ropa a una tienda de mi ciudad y la verdad es que fue toda una
travesía, nunca pensé que ir a comprar ropa sería un martirio y una experiencia
tan desagradable, pero ver toda la ropa diseñada para cuerpos delgados, ver a
los maniquíes con una silueta “perfecta”, probarte miles de cosas y sentir que
nada le queda a tu tipo de cuerpo es verdaderamente una tortura, y aquí les doy
un poco de contexto más a fondo:
Hace años era una chica muy
delgada, con problemas alimenticios importantes, sin embargo, como mi mayor
anhelo era ser súper delgada, no me importaban las consecuencias que esto conllevaba,
años después comencé a ganar peso porque estos problemas alimenticios estaban
definidos ahora por atracones y ansiedad así que gracias a esto mi cuerpo
cambió; me volví la persona más insegura del mundo, empecé a creer que yo no
merecía estar con nadie por el simple hecho de ser “gorda”, mi mentalidad
empezó a centrarse de nuevo en hacer de todo para ser delgada, pero nada me
funcionaba, no tenía la fuerza de voluntad para acabar con los atracones.
Pasó mucho tiempo para que
me diera cuenta todo el daño que me estaba haciendo y todo el daño que los
medios de comunicación habían ejercido en mí, ver modelos extremadamente delgadas, con ropa que yo quería que se me viera como a ellas, era mi anhelo
tener la figura de todas ellas y por lo miso romantizaba todo lo que me estaba
destruyendo, me parecía absurdo pensar en que solo las mujeres delgadas estaban
en revistas, anuncios y tele, sin embargo, al mismo tiempo en mi mente estaba
bien, pues las “gordas” no merecíamos atención ni respeto y mucho menos
celebración.
Hagamos conciencia real de cómo
nos está afectando este tema en nuestras vidas, desde pequeñas, hasta adultas.
¡No estás sola hermana, pide
ayuda a un profesional!
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