Amiguísimas, el día de hoy decidí hablar de un tema importantísimo que ha sido muy polémico y controversial desde siempre, la verdad es que no es fácil hablar sobre esto, sin embargo, entre más mujeres hablemos al respecto y alcemos la voz, más informadas estamos.
El feminicidio nos ha
perseguido como mujeres toda nuestra vida, me encantaría decir que de pequeñas
no corremos ese peligro, pero lo más triste es que desde muy chicas luchamos
por sobrevivir y por mantener una vida “normal”.
La gente está cansada de
escuchar en todos lados sobre feminicidios, se cansan de ver imágenes,
noticias, de que hablemos de eso, la pregunta
es ¿y nosotras no nos cansamos de vivirlo?
Vivimos en un país donde
tenemos miedo de salir a la calle, de vestirnos como queremos, de conocer
gente, porque sabemos perfectamente que en cualquier momento podemos ser la
siguiente víctima de feminicidio.
Algunas mujeres aún no están
bien informadas del término y aquí te explico que es; el feminicidio es el acto
de asesinar a una mujer, de cualquier edad por el simple hecho de serlo, se
suele dar normalmente en el hogar como consecuencia de violencia de género y
está de más mencionar que ocurre todos los días también en cualquier parte del
mundo, no importa donde estemos, los feminicidas no toman en cuenta el
contexto.
Estamos realmente cansadas
de que se haya normalizado tanto ser una víctima de esto, es sorprendentemente
triste y desgarrador enterarse de las cifras de feminicidios en México.
No me cabe en la cabeza que
cada vez que tomamos un taxi, tenemos que tomar todas las medidas de precaución
para no amanecer muertas tiradas en un barranco, como Ariadna Fernanda.
Que miedo no poder salir con
tus amigas, porque ni con ellas estás segura, no saber qué pasó realmente y que
un buen día amanezcas en una posa de un motel en el que ya te habían buscado,
como Debanhi Escobar.
Que impotencia ser una gran
mamá que luchaba por la justicia de la muerte de su hija a la cual su pareja la
mató, la corto en pedazos y la quemó, después de hacer tanto ruido por tu hija,
aparecer muerta como Rubí y Marisela Escobedo.
Tampoco puedo concebir el
hecho de que no podemos confiar ni en las autoridades, ni en la policía, que se
supone, son ellos los que deben de cuidar de nosotros, pero no es así, porque
te matan como a Victoria Salazar.
Y me da mucho más coraje
saber que no puedes ser una niña inocente, dedicada a jugar y a ser amada,
porque un vecino te puede violar, matar y meter en una bolsa para basura, como
Fátima Cecilia.
Me gustaría decir que todo
esto tiene una solución y un final feliz, pero no es así, cada vez suceden más
crímenes atroces contra nosotras, cada vez tenemos más miedo y cada vez podemos
ser menos libres.
Si la gente está cansada de
oírlo, nosotras estamos cansadas de vivirlo, cada vez somos menos.
Sigamos rompiendo, quemando, gritando y marchando hasta que se den cuenta.
¡NOS ESTÁN MATANDO!
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